En los autos de “antes”, humo negro saliendo por el escape y/o las bujías carbonizadas, además de fallos en el motor, nos indicaban o al menos daba a entender, que la mezcla aire-combustible no era la correcta.
En realidad, el motor, por si solo, no puede controlar los porcentajes de aire y combustible que entra en la cámara de combustión, no lo pudo hacer en el pasado con el uso de carburadores, ni tampoco con sistemas de inyección electrónicos.
Para poder controlar la mezcla es necesario de un elemento sensor, que indique, el porcentaje de aire y combustible que entra en el motor. A este dispositivo se le llama sensor de oxigeno o sonda Lambda. Este sensor situado a la salida del colector de escape del motor, analiza los gases de escape, y envía información constantemente a la gestión electrónica del motor que adecua la mezcla en función de las circunstancias de funcionamiento del vehículo.
Si se genera exceso de aire en la mezcla, el motor incrementa la temperatura de la combustión, facilitando la aparición de óxidos de nitrógeno (Nox), y además si la mezcla es muy pobre, el combustible no llega a inflamarse y el motor se para. En este caso el exceso de combustible no se puede combinar completamente con el aire, por lo tanto una parte del combustible es expulsado por el escape en forma de hollín y CO (monóxido de carbono).
La sonda lambda o sensor de oxigeno sirve para “informar” a la computadora si la mezcla aire – combustible es la correcta, o si le falta o le sobra alguno de estos componentes. Está situada a la salida del múltiple de escape, sobre éste mismo o sobre el tubo de escape, normalmente antes del convertidor catalítico.
Si falla ocurren varias cosas:
- Se prende la luz del check engine en el tablero.
- En algunos autos la computadora entra en modalidad “funcionamiento restringido” y pierde potencia el auto.
- Si la falla es intermitente, puede llegar a tener un gasto excesivo de combustible, tirones y posiblemente humo en el escape (negro, siempre negro).
Cuando se debe cambiar la sonda lambda?
Si todo funciona correctamente debería tener una vida útil de unos 160.000 km.
Pero, los restos incombustibles producidos por un fallo de encendido y también el aceite pueden contaminar la sonda de manera irreversible.
Las fugas de escape deterioran la sonda y producen bolsas de aire que a su vez provocan un peligroso aumento de la temperatura.
La precaución es realizar un buen mantenimiento de las bujías, filtros, etc. y así garantizamos una mayor vida útil a la “nariz” electrónica.
Desde WARNES REPÚESTOS NOA S.A recomendamos la utilización del sensor de oxigeno para un mayor cuidado del motor de su auto. Esperamos sus comentarios y/o su consulta.
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