Aceite de motor: la viscosidad justa para una protección extrema

Si tu vehículo pudiera hablar, te diría que el aceite de motor es su componente más vital. Es el encargado de reducir la fricción entre miles de piezas móviles, pero sus funciones van mucho más allá: también limpia, refrigera y sella. Es un trabajo crucial que requiere precisión y, sobre todo, calidad.

Para que tu motor funcione sin sobresaltos, dos factores son clave: el tipo de aceite que elegís y el filtro que lo acompaña.

Cuando hablamos de aceite, la primera gran distinción es su composición y, por ende, su viscosidad (la resistencia a fluir). La elección no es al azar, sino que debe seguir las directrices del fabricante de tu vehículo, ya que están diseñadas para la mecánica específica de cada motor:

  1. Aceite Mineral: Se obtiene directamente del petróleo y es ideal para motores más antiguos o con tecnologías menos exigentes.
  2. Aceite Semisintético: Es una mezcla de bases minerales y sintéticas. Ofrece un buen equilibrio entre rendimiento, protección y costo.
  3. Aceite Sintético: Es fabricado en laboratorio para garantizar un rendimiento superior en temperaturas extremas (tanto frías como muy calientes) y en motores modernos. Suele ofrecer mayor durabilidad y protección.

Lo fundamental es que elijas el aceite con la viscosidad correcta, ya que esto asegura que el motor esté lubricado de manera eficiente tanto en el arranque en frío como cuando alcanza su máxima temperatura de trabajo.

El aceite, mientras circula, arrastra consigo partículas de suciedad, residuos de combustión y sedimentos metálicos. Si esa suciedad siguiera circulando, el aceite perdería rápidamente sus propiedades y terminaría dañando las piezas. Aquí es donde entra en juego el filtro de aceite.

El filtro funciona como el “riñón” del motor, atrapando esas impurezas y asegurando que el aceite que retorna a la lubricación esté lo más limpio posible. Si el filtro está saturado, el aceite sucio puede pasar por un mecanismo de derivación (válvula by-pass) para seguir lubricando, pero poniendo en riesgo la protección del motor.

Por eso, la regla es simple y vital: Cada vez que cambiás el aceite, tenés que cambiar su filtro. Usar un filtro de calidad es tan importante como usar el aceite correcto, ya que ambos trabajan en conjunto para prolongar la vida útil de tu vehículo.

En Warnes Repuestos, contamos con una amplia gama de aceites y filtros de óptima calidad. Queremos que tu vehículo siempre tenga el repuesto exacto que necesita para seguir en marcha con confianza y seguridad. Si tenés dudas sobre qué viscosidad o tipo de filtro lleva tu auto, nuestro equipo está listo para asesorarte.

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